sábado, 23 de febrero de 2008

Argentina 2008

Ni tan santos, ni tan inocentes
(GMcL, 25/12/07)

–“Negro, el 28” –pareció decir Fontanarrosa cuando se fue de Rosario, de Central y de El Cairo, no en sillita de oro, sino en una de ruedas, dejando un vacío imposible de llenar–. “El 28 es negro”, dijo Le Roi Jones, que defendió hasta el despido el Estado negro dentro del norteamericano.
“El 28 de diciembre es el día de los Santos Inocentes”. Para muchos la fecha de hacer bromas livianas y pesadas: “Que la inocencia te valga”; para algunos medios del mundo la oportunidad de poner algún dislate en las primeras páginas como “comenzó la recolección de bolas de navidad que crecen en los árboles callejeros”, o “Ben Laden se convirtió al catolicismo”. Para otros, la fecha de ver a esos seres leves que pululan en el planeta y nos dicen, con la fragilidad de sus vidas, que no siempre el fuerte gana.
A nosotros, en la Argentina, nos toca también una suerte de humorada: el presidente que nunca fue electo para ese puesto (recordemos que salió segundo en 2003) nos impuso a su esposa como presidenta por los próximos cuatro años. Y la izquierdista ciudad de Buenos Aires, votó al candidato de la derecha: Macri.
¿Quiere decir que en política no debemos creer más en nadie? No, creo que no. Es como en el fútbol: el equipo de la mitad más uno echó a uno de sus mejores entrenadores –con nombre sospechoso (Russo)– y a su mejor empresario, hoy Jefe de la Ciudad de Buenos Aires. Perdió la copa local y la internacional, y por poco la vergüenza. Dos equipos chicos se llevaron todos los premios: Lanús y Arsenal. Y los pingüinos hicieron el enroque del año: cambiaron de puestos y se quedaron con todo.
Y la gente, ¿qué? Nunca como ahora es más actual el tango “Cambalache”, esa fuente de premoniciones que creó Discépolo en 1934 y que tuvo el privilegio de ser censurado por todas las dictaduras militares. Y, sin embargo, la gente cree. Y eso está bien. A pesar de los partidos políticos, de las ONGs mentirosas, de los discursos rimbombantes o de los “liftings” presidenciales. Porque no se puede dejar de creer. La fe mueve montañas, crea “hits” musicales como el de Palito Ortega o van a permitir que algunos presos y rehenes vuelvan con los suyos, a pesar de los palos en la rueda.
¿Quién puede tirar la primera piedra? ¿Es verdad que lo peor aún no ha llegado? Ni santos, ni inocentes, este 28 de diciembre tenemos la oportunidad de preguntarnos: “cuál es la responsabilidad que nos cabe a cada uno para que Discépolo tenga razón después de tantos años”.
A lo mejor, como los santos, como los inocentes, si nos quisiéramos un poco más…

Gustavo Mac Lennan, periodista del Fodema

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